Y que ya me puedo morir tranquilo padre, ya llegó el viernes santo, olores de incienso y cera recorren el templo de San Francisco, en busca de la salida de la hdad franciscana.
Y que ya me puedo morir tranquilo padre, por verte salir, tan delicadamente por esos 2 arcos de la puerta, paso a paso costero a tierra, DESPACITO, que ya no puede más, que es noche de viernes santo y el luto se aplicara a tan importante efeméride.
Y que ya me puedo morir tranquilo padre, que me siento feliz de estar a tu lado, desde mi más tierna infancia, he seguido tu camino y caminado junto a ti, te he rezado y pedido mucho y solo tu enorme presencia hace valer el hecho de ser hermano, devoto fiel a la hermandad de la soledad.
Esta entrada va dedicada a mi cofradía la cual cada noche de viernes santo realiza su estación de penitencia por las calles de Ayamonte.
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